Es difícil resistirse al olor que la canela suele regar en la cocina, cuando la agregamos a un postre o a la avena. En esto, la canela se parece bastante al café. Es difícil no dejarse llevar por su aroma.
La canela no es solo un buen aroma. Según una información generada por la revista Diabetes, Obesity and Metabolism. Es público ya, que la canela puede ser efectivamente un buen amigo de las personas que sufren de diabetes.
Insistimos, la canela es mucho más que ese agradable y atractivo olor, que de ella emana, cuando la colocamos en algún postre. Es un buen antioxidante y es un fiel soldado del organismo porque nos protege de los radicales libres. El cinamaldehído, que es el principio o compuesto que le ofrece a la canela ese sabroso olor o aroma, permite librarnos de bacterias y hongos. Si nos sentimos amenazados por un virus de estos que nos «regalan» gripes frecuentes, un té que lleve canela, viene bien.
La canela es también como un buen fogón. Es bien efectiva para quemar la grasa inútil que tenemos en el cuerpo. Al ser la canela, un elemento motivador del metabolismo, permite controlar la grasa y el colesterol.
Pero el elemento importante ahora con la canela, es que ella estimula un mayor nivel de sensibilidad a la insulina. Esto es un hecho que favorece a una mejor calidad de vida de los pacientes diabéticos.
La canela al mejorar la sensibilidad a la insulina, le ofrece a nuestras células la capacidad para absorber glucosa de nuestro torrente sanguíneo y administrar mejor la (poca) insulina que genera el páncreas.
Es importante tener esta información, pero es más importante, tener confianza en nuestro médico.