Gustavo Pereira (Punta de Piedras, Isla de Margarita, Venezuela, 7 de marzo de 1940), escritor y poeta, cuenta con doctorado en Estudios Hispanoamericanos en la Universidad de París. El autor del preámbulo de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela es fundador del Departamento de Humanidades y Ciencias Sociales y del Centro de Investigaciones Socio-Humanísticas de la Universidad de Oriente (UDO), Anzoátegui. Formó parte del grupo “Símbolo” (1958) y fue director y fundador de la Revista Trópico Uno, de Puerto La Cruz.
Ha recibido diversos reconocimientos, entre estos el Premio Joven Poesía de las Universidades Nacionales (1965), Premio Municipal de Poesía de Caracas (1988), Premio Fundarte de Poesía (1993), Premio de la XII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre (1997), Premio Nacional de Literatura de Venezuela (2001). En 2008, la quinta edición del Festival Mundial de Poesía estuvo dedicada a Gustavo Pereira. En 2010 le fue conferido el Premio Internacional de Poesía Víctor Valera Mora, en su tercera edición, por el poemario “Los cuatro horizontes del cielo y otros poemas”, reconocimiento que otorga el Estado venezolano a través de la Fundación Celarg.
Ha desarrollado un significativo cuerpo de trabajo que incluye más de veinte libros entre poesía, ensayo y notas literarias. Entre sus publicaciones podemos destacar: Somaris (1974), Vivir contra morir (1988), El peor de los oficios (1990), La fiesta sigue (1992), Escrito salvaje (1993), Antología poética (1994), Historias del paraíso (1999), Dama de niebla (1999), Oficio de partir (1999) y Costado indio (2001). Es considerado una de las voces más genuinas de la literatura venezolana contemporánea. Ha recibido numerosas distinciones, entre ellas: Premio de la XII Bienal Literaria José Antonio Ramos Sucre (1997), Premio Nacional de Literatura (2001) y el Premio Víctor Valera Mora (2011).
Gustavo Pereira tiene perfecto sentido de la palabra. Si hemos tenido la oportunidad de verlo de cerca, se nos hace un buen observador, que tiene el don de poder hacer con las palabras maravillas.
Por tener esa cualidad, Gustavo transpira humildad. Como poeta (y por eso lo es) es un hombre muy sensible. Un poeta, que no reúne esta condición que tiene Gustavo, es simplemente un mecánico de la palabra, que probablemente sabe colocarla.
Gustavo Pereira con la palabra y el verbo hace cosas maravillosas.
DÉCIMA
Gran poeta y un gran ser,
también una fortaleza
obra de excelsa belleza
él ha podido ofrecer.
Esencial al recoger
del indio la poesía;
allí con gran maestría
plasmó sentido y esencia
valora nuestra existencia
con perfecta simetría.
